jueves, diciembre 31, 2009

Xosé Carlos Caneiro - Fantasmas

Cada fin de ano, sen previo aviso, aparecen mentres camiño noctámbulo e meditabundo. Colócanse ao meu lado e amarran desesperados a miña pel, a sístole e diástole do meu corazón gastado. Teñen nomes. Distingo perfectamente a súa figura abisal, as súas mans e o seu modo de andar, acompañándome. Os altos e imposibles, que quedaron aparcados no baúl do fracaso. Os bicos perdidos que se perderon, efectivamente, para ir a ningunha parte. Os boleros que non quero volver a bailar. As uñas da resaca. Os labios da lúa limando a decepción. Os que escoitan os poemas que non sei escribir. A música de Bach e Albinoni. Unha rumba de Serrat: «Este es el amor amor, el amor que me divierte, cuando estoy en la parranda no me acuerdo de la muerte». O meu equipo de fútbol, correndo tralos seus pasos con miles de quilómetros na garganta (son tan irracional e tan mentecato). As leccións aprendidas, as que nunca vou aprender. O carnaval. A estupidez que vomita a televisión. A intelixencia escasa que babosea as noites. A mágoa das oportunidades fallidas. Os ollos negros que non saben mirarme. Os ollos azuis de Concha, que acenden a esperanza. Os marróns de Marta, que cravan na miña alma a alegría. O gozo de deixarme gañar. Uns versos de Ángel González: «Pero si tú me olvidas quedaré muerto sin que nadie lo sepa». Carlos, que aínda non cumpriu tres anos. O delirio da paixón, a súa humidade de esponxa. A xenerosidade. As veces que me enganaron con mentiras amargas, sucias. A sinfonía duns tacóns que non deambulan para encontrarme. Os lazos de seda da amizade. O verbo amar . Ser. Os consellos dos amigos, que me sosteñen coa súa luz e as súas luces. As veces que os homes non saben escribir a palabra tenrura. A agria decisión de dicir o que penso... e ter que soportarme así. A avoa Aracel. Berta, sempre Berta. Aparecen, cada fin de ano, e camiñan comigo. Como fantasmas.

sábado, diciembre 26, 2009

La bailarina y el inglés (Emilio Calderón)




Ésta es la insólita aventura de un británico, nacido en la India, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.

Masters es nombrado, sin ninguna experiencia, jefe de la policía de Jay Town. Sonámbulo, enamorado de la bailarina Lalita Kadori y dueño de «Henry II», el arma con que se comete un crimen, asiste perplejo a un brusco cambio de su destino en el que sus relaciones sólo parecen jugar en contra. Se ve inmerso, así, en una conspiración que puede llevarlo a la cárcel sin que alcance a comprender lo ocurrido.
Colonizadores e independentistas protagonizan esta asombrosa novela repleta de intriga y traición.
La bailarina y el inglés se recorre con una sonrisa.

Finalista del Premio Planeta 2009

La loca de la casa (Rosa Montero)




Este libro es una novela, un ensayo, una autobiografía. La loca de la casa es la obra más personal de Rosa Montero, un recorrido por los entresijos de la fantasía, de la creación artística y de los recuerdos más secretos. Es un cofre de mago del que emergen objetos inesperados y asombrosos.

La autora emprende un viaje al interior en un juego narrativo lleno de sorpresas. En él se mezclan literatura y vida en un cóctel afrodisíaco de biografías ajenas y autobiografía novelada. Y, así, descubrimos que el gran Goethe adulaba a los poderosos hasta extremos ridículos, que Tolstoi era un energúmeno, que Montero, de niña, fue una enana, y que, con veinte años, mantuvo un estrafalario y desternillante romance con un famoso actor. Pero no deberíamos fiarnos de todo lo que la autora cuenta sobre sí misma: los recuerdos no son siempre lo que parecen.

Un libro sobre la fantasía y los sueños, sobre la locura y la pasión, sobre los miedos y las dudas de los escritores, pero también de los lectores. La loca de la casa es, sobre todo, la tórrida historia de amor y salvación que hay entre Rosa Montero y su imaginación.

miércoles, diciembre 23, 2009

Alvin y las ardillas II (Ardillas bailando como Beyonce)



Después de probar suerte con un desesperanzado compositor -Dave Seville- tres ardillas muy peculiares, Alvin, Simon y Theodore, deciden hacer de la casa de Dave la suya propia.

Enseguida las ardillas se dan cuenta de la necesidad de convencer a Dave de que las deje vivir en su casa para demostrarle que no sólo pueden andar como una persona…¡sino que pueden cantar!

No tardarán en revelarse como la sensación musical del momento, mientras Dave se convierte en algo más que en su compositor; en su padre.

Los problemas comienzan cuando las ardillas comienzan a darse cuenta de su éxito y se revelan contra Dave. Sin embargo, pronto descubriran que haber formado una familia con Dave es el mayor éxito de todos.

En esta nueva entrega Alvin y sus compañeros de aventuras irán por los carriles habituales: la vida en la escuela, su amor por la música, y entre aquellas cosas, la presión por una celebridad en ascenso. Pero las ardillitas deberán toparse con una nueva competencia. Un grupo de chicas ardilla está haciendo furor. ¿Cómo se las arreglarán nuestros pequeños héroes?

La escafandra y la mariposa (Jean-Dominique Bauby)





El 9 de diciembre de 1995 un accidente cerebro-vascular sumió a Jean-Dominique Bauby en un coma profundo del que salió meses después con el cuerpo completamente paralizado, afectado del 'síndrome de cautiverio' (una extraña dolencia que provoca una parálisis completa, un encierro en uno mismo, como dentro de una escafandra) pero con las facultades mentales intactas. Sólo podía abrir el ojo izquierdo y su única ventana al mundo era el parpadeo. Un guiño para decir 'si', dos para decir 'no'. Podía oír, comprender, recordar, pero no hablar. Además de su párpado izquierdo también estaban intactas su imaginación y su memoria: la mariposa. Con su ojo componía palabras, frases y páginas enteras. De esta manera, paralizado en la cama o en la silla de ruedas, Bauby dejó constancia de su existencia y de sus reflexiones en esta breve pero intensa obra.


martes, diciembre 22, 2009

Los peces en el río (Villancico popular español)



¡LOS MIEMBROS DE LA REPÚBLICA DE PLUTÓN OS DESEAMOS FELIZ NAVIDAD A TODOS!

lunes, diciembre 21, 2009

Contra el viento (Ángeles Caso)




Premio Planeta 2009.

La niña São, nacida para trabajar, como todas en su aldea, decide construirse una vida mejor en Europa. Tras aprender a levantarse una y otra vez encontrará una amistad nueva con una mujer española que se ahoga en sus inseguridades. São le devolverá las ganas de vivir y juntas construirán un vínculo indestructible, que las hará fuertes.

Conmovedora historia de amistad entre dos mujeres que viven en mundos opuestos narrada con la belleza de la realidad. Una novela llena de sensibilidad para lectores ávidos de aventura y emoción.

Ángeles Caso vuelve a cautivar con una historia imprescindible para leer y compartir.

Me gusta ser una zorra (Las Vulpes)



Vulpes es el primer grupo punk rock femenino de Baracaldo (Vizcaya, España), uno de los primeros de dicha comunidad autónoma, se formó durante el verano boreal de 1982. Se hicieron famosas a partir del 23 de abril de 1983 por aparecer interpretando la canción «Me gusta ser una zorra» en el programa de Televisión Española Caja de ritmos, dirigido por Carlos Tena, que servía de escaparate de la actualidad musical del momento y se emitía en horario infantil.

Después de la polémica se disolvieron (con sólo un single en su haber). En 2005 se reunieron puntualmente y volvieron al estudio para grabar el álbum Me Gusta Ser. Una vez editado el álbum, volvieron a separarse.

Las consecuencias de estudiar demasiado (14/06/08)

jueves, diciembre 17, 2009

Viñeta de El Roto - El País


martes, diciembre 15, 2009

El nombre del viento (Patrick Rothfuss)




"Patrick Rothfuss me recuerda a Ursula K. Le Guin, George R.R. Martin y J. R. R. Tokien, pero en ningún momento he sentido que estuviera imitándolos. Sin duda El nombre del viento se convertirá en un clásico". The Times
"El nombre del viento es una de las mejores historias contadas en cualquier tipo de medio durante la última década... Colóquelo en la estantería al lado de El señor de los Anillos". A. V. Club.
"Este es el tipo de primera novela que la mayoría de los autores tan solo puede soñar con escribir. El universo de la literatura tiene una nueva estrella". Publishers Weekly





domingo, diciembre 13, 2009

Sinto

Vexo aquel beixo durmido
como rocha que era lava
caendo leve pola aba
daquel xeo derretido.

Sinto o sentir derruído
sen a luz que aloumiñaba
sen a man que me cantaba
agarimos ao ouvido.
Ulises C.

sábado, diciembre 12, 2009

Juan José Millás - Como ahora

Cuando los ordenadores sean tan pequeños que se puedan implantar detrás de una ceja, nos conectaremos a Internet en cualquier momento del día o de la noche y sin que nadie de los que nos rodean se dé cuenta. Así, estaremos en el sofá del salón, viendo aparentemente la tele, pero nuestro cerebro estará jugando con Google Earth, buscando quizá el barrio de una amante, localizando su casa, haciendo un zoom sobre su azotea o sobre la ventana de su dormitorio. Podrá uno ir en el autobús al tiempo que entra y sale de las páginas web preferidas u odiadas o lee la Wikipedia por orden alfabético. Bastará un ligero movimiento de la ceja, quizá un pensamiento, para navegar por la Red, pues la Red estará entonces dentro de nuestra cabeza. Parpadearemos y saldremos de una carpeta o de un archivo para meternos en otro sin que a nadie le sea posible revisar nuestro historial ni nuestros correos electrónicos ni nuestras direcciones digitales favoritas.

A lo mejor estará uno junto a su esposa, atendiendo aparentemente al telediario, pero sus neuronas permanecerán enganchadas a una página pornográfica en la que una chica está desnudándose para meterse en la ducha. Y será imposible saber en dónde se encuentra cada uno en realidad. El carnicero te dirá buenos días, buenas tardes o en qué puedo ayudarle, mientras por el interior de su cráneo desfilan imágenes que no podemos ni sospechar. En esa situación, el marido, excitado por lo que tiene dentro de la cabeza, pondrá la mano sobre el muslo de la esposa, excitada por lo que tiene dentro de la suya, pues los dos se habrán conectado a Internet mientras fingían escuchar a Ana Blanco, y así, cada uno con su página web preferida dentro de la bóveda craneal, se arrancarán la ropa y se revolcarán en el sofá y consumarán una cópula inesperada. O sea, todo exactamente como ahora.

Arturo Pérez-Reverte - Esa gentuza

Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes, y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja, y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno, y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada. Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.

Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.

Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.

De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.

lunes, diciembre 07, 2009

Lo mejor que le puede pasar a un cruasán (Pablo Tusset)




¿Qué ocurre cuando Pablo Baloo Miralles, treintañero inadaptado y vacilón, holgazán, misógino, prostibulario, además de oveja negra y conocido filósofo en la Red, se topa de hocicos con el misterio en un barrio pijo de Barcelona? A bordo de un deportivo con aire de pantera Bagheera, y con un humor inteligente, excéntrico y mordaz, Miralles nos conduce por una intrigante trama salpicada de alegrías etílicas, escarceos venéreos y páginas Web de dudoso contenido.


La vida de las abejas (Maurice Maeterlinck)




Libro de un encanto muy poco común, de primorosa delicadeza literaria, a veces revestida de dramatismo, que en ningún caso es un manual ordinario de Historia Natural únicamente destinado a darnos a conocer mejor a estos insectos, de por sí sumamente interesantes.

A pesar de su título poco prometedor, es un libro de buena literatura, preñado de pensamiento filosófico, apreciaciones morales y sociológicas; las agudas observaciones acerca del pequeño insecto y las comparaciones profundas y geniales entre su destino y el destino humano, están envueltas como por espléndida y regia vestidura, en un estilo lleno de elegancia, nutrido, sintético, en que abundan sorprendentes descripciones, cuadros arrancados a la naturaleza por una pluma que nada tiene que envidiar al pincel.


Día a día (Osho)




Las enseñanzas de Osho desafían la categorización al abarcar desde la búsqueda individual de significado hasta los temas sociales y políticos más urgentes a los que la sociedad actual se enfrenta. Sus libros nunca fueron escritos: son transcripciones de grabaciones, sonoras o en vídeo, tomadas de las conferencias improvisadas que ofreció, durante treinta y cinco años, a una audiencia internacional. Osho ha sido descrito por el Sunday Times de Londres como uno de los «1.000 constructores del siglo xx», y por el norteamericano Tom Robbins como «el hombre más peligroso desde Jesucristo».


Refiriéndose a su propio trabajo, Osho ha dicho que él está ayudando a crear las condiciones para el nacimiento de una nueva clase de ser huma­no. Muchas veces ha caracterizado a este nuevo ser humano como «Zorba el Buda» -capaz al mismo tiempo de disfrutar de los placeres terrenales como Zorba el griego y de la silenciosa serenidad de Gautama Buda. Atravesando como un hilo los diversos aspectos de la obra de Osho se encuentra una visión que pone en sintonía la perenne mirada oriental con las enormes posibilidades de la ciencia y las tecnologías occidentales.


Osho es también reconocido por sus revolucionarias contribuciones a la ciencia de la transformación interior, con un acercamiento a la medi­tación que deja de lado el ritmo acelerado de la vida contemporánea. Sus «Meditaciones Activas» están pensadas para, en primer lugar, despren­derse del estrés acumulado por el cuerpo y la mente, de manera que es más fácil experimentar el estado de meditación relajado y libre de pen­samientos.

El diario de Noah



Estamos en los años cuarenta. Una joven va a la ciudad costera de Seabrook (Carolina del Norte) para pasar el verano con su familia. Allie Hamilton (Rachel McAdams), todavía adolescente, conoce a un chico local, Noah Calhoun (Ryan Gosling), en la feria. Nada más verla, Noah sabe que él y Allie están destinados a vivir juntos. Aunque ella es de una familia adinerada y él es un pobre trabajador de fábrica, a lo largo de un apasionado verano sureño los dos se enamoran profunda-mente. Las circunstancias -y el repentino estallido de la Segunda Guerra Mundial- les separan, pero ambos conservan vivo el recuerdo del otro. Cuando años después Noah regresa de la guerra, Allie ha salido irrevocablemente de su vida pero no de su corazón. Aunque Noah lo ignora, Allie ha vuelto a Seabrook, el lugar donde se enamoraron. Pero está comprometida con Lon (James Marsden), un rico soldado que conoció mientras hacía trabajos voluntarios en un hospital militar. Décadas después, un hombre (James Garner) lee una vieja y descolorida libreta a una mujer (Gena Rowlands) a la que visita regularmente en la residencia de ancianos. Aunque sus recuerdos se han desvanecido, le fascina la emotiva historia de Allie y Noah y durante unos momentos es capaz de revivir la época apasionada y turbulenta en la que juraron pasar el resto de su vida juntos.



domingo, diciembre 06, 2009

Viñeta de El Roto - El País

miércoles, diciembre 02, 2009

Tres vidas de santos (Eduardo Mendoza)




Tres magníficos relatos de Eduardo Mendoza, narrados con el inconfundible y personalísimo estilo del autor. Una combinación perfecta de seriedad e ironía. Los tres relatos que comprenden este volumen guardan un rasgo común. En ellos hay personajes que podrían calificarse de santos: no son mártires ni anacoretas, pero son santos en la medida en que están dispuestos a renunciar a todo por una idea, que cultivan sus obsesiones en su relación con los demás.

"La ballena" es el relato más cercano a las crónicas barcelonesas que han hecho célebre a Eduardo Mendoza, y se inicia en el Congreso Eucarístico de 1952; "El final de Dubslav", ambientado en África, es una intensa narración con un final impresionante; y por último, "El malentendido" es una profunda reflexión sobre la creación literaria y el difícil diálogo entre clases sociales, además de una variación seria del personaje del lumpen que inspira al detective sin nombre de "El misterio de la cripta embrujada", "El laberinto de las aceitunas" y "La aventura del tocador de señoras".

Hay en Eduardo Mendoza dos facetas como narrador: una paródica, y una perfectamente seria, siempre con detalles irónicos o claramente humorísticos. En "Tres vidas de santos" Mendoza se expresa con voz parecida a la de sus relatos paródicos, pero invirtiendo la proporción entre broma y gravedad.

viernes, noviembre 27, 2009

La paseadora de perros (Leslie Schnur)




Medio fisgona, medio soñadora, Nina Shepard, una paseadora de perros de Manhattan, tiene ya unas cuantas vueltas a la manzana a sus espaldas, por así decirlo. Su trabajo le brinda una gran oportunidad: las llaves de los apartamentos de sus clientes, y con ellas la tentación de saltarse las barreras morales y acceder a sus vidas…

Simpática y conmovedora, cuenta la historia de una mujer en busca de su realización. Una historia sobre la vida en la ciudad y la lucha por establecer relaciones verdaderas. Una historia sobre amar sin dejar de ser nosotros mismos.

Una divertidísima comedia romántica, plena de intriga y personajes entrañables, cuyos derechos cinematográficos ya han sido vendidos.

miércoles, noviembre 25, 2009

La danza de la vida






Esta obra nos ha llegado por gentileza de su autor. Para conocer más sobre sus plantemientos visita el blog La danza de la vida

sábado, noviembre 21, 2009

La montaña mágica (Thomas Mann)




La Montaña Mágica está considerada una de las mejores piezas literarias que aparecieron en la primera parte del siglo XX, en ella el autor analiza exhaustivamente el comportamiento de la sociedad de Europa.

Publicada en 1924 con el título original, Der Zauberberg, en esta novela se da un juego continuo entre la vida, la muerte y el amor como parte misma de la vida.

El personaje principal, descripto (descrito) como un ciudadano burgués propio de su tiempo, Hans Castorp decide visitar una clínica en Zauberberg donde hay enfermos tuberculosos y en ese lugar hace descubrimientos inesperados de sí mismo, de la sociedad y reflexiona sobre ciertos aspectos de la vida, esos aspectos que siempre están latentes en el pensamiento humano.
El motivo que lo lleva a la clínica es visitar a su primo Joachim que se encuentra allí internado, personaje del que se vale Mann para tener al lector en constante tensión reflexionando sobre el misterioso y frágil hilo que separa a la vida y la muerte.

En la narración los distintos momentos de la enfermedad de Joachim, sus síntomas, sus emociones, sus sentimientos y especialmente la muerte, resultan impresionantemente reales.

lunes, noviembre 16, 2009

Caín (José Saramago)



Qué diablo de Dios es éste que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín.

Si en El Evangelio según Jesucristo José Saramago nos dio su visión del Nuevo Testamento, en Caín regresa a los primeros libros de la Biblia. En un itinerario heterodoxo, recorre ciudades decadentes y establos, palacios de tiranos y campos de batalla de la mano de los principales protagonistas del Antiguo Testamento, imprimiéndole la música y el humor refinado que caracterizan su obra.

Caín pone de manifiesto lo que hay de moderno y sorprendente en la prosa de Saramago: la capacidad de hacer nueva una historia que se conoce de principio a fin. Un irónico y mordaz recorrido en el que el lector asiste a una guerra secular, y en cierto modo, involuntaria, entre el creador y su criatura.

miércoles, noviembre 11, 2009

Martes con mi viejo profesor (Mitch Albom)




Micth conoce durante sus estudios de periodismo a un profesor que no era como los demás. Morrie estaba empeñado en hacer reflexionar a sus alumnos, a enseñarles lo importante de la vida, en que llevasen la filosofía a la vida real y supieran defender y justificar sus ideas e ideales. Morrie sin duda era un profesor muy diferente a los demás, querido por todos sus alumnos, que tenían con él una relación de amistad fuera de las aulas. Mitch adquirió la costumbre por aquel entonces de pasear todos los martes con su profesor y charlar de temas de lo más variopintos, de la vida en general, de sus preocupaciones, inquietudes, anhelos...

Terminó la carrera y perdió el contacto con Morrie, dejó pasar los años y no cumplió la promesa de seguir viéndolo. Un buen día se sorprende al verlo en la televisión, aquejado de una grave dolencia incurable. No lo duda, coge el primer avión hacia él y retoma la costumbre de ser "persona de los martes", como dice él mismo.
Morrie sabe que va a morir, y cada martes se convierte en una reflexión sobre un tema concreto, visto desde la óptica de alguien que ya ha tenido su tiempo en este mundo y que ve la vida de otra manera. Micth es llevado a profundas reflexiones y a sentirse cada vez más cercano a su viejo profesor, al que le une un cariño que creía perdido pero que cada vez es más intenso.

sábado, noviembre 07, 2009

El símbolo perdido (Dan Brown)





Washington. El experto en simbología Robert Langdon es convocado inesperadamente por Peter Solomon, masón, filántropo y su antiguo mentor, para dar una conferencia en el Capitolio. Pero el secuestro de Peter y el hallazgo de una mano tatuada con cinco enigmáticos símbolos cambian drásticamente el curso de los acontecimientos. Atrapado entre las exigencias de una mente perturbada y la investigación oficial, Langdon se ve inmerso en un mundo clandestino de secretos masónicos, historia oculta y escenarios nunca antes vistos, que parecen arrastrarlo hacia una sencilla pero inconcebible verdad.


Con la ayuda de Katherine Solomon, hermana de Peter y experta en ciencias noéticas, Robert Langdon tiene doce horas para salvar a su amigo y, al mismo tiempo, evitar que uno de los secretos mejor guardados de nuestra historia caiga en las manos equivocadas...

El código Da Vinci fue un fenómeno mundial que convirtió a Dan Brown en el maestro absoluto del thriller. En esta nueva obra, Robert Langdon regresa para retar a los lectores con una historia inteligente y de ritmo vertiginoso que ofrece sorpresas en cada página. El símbolo perdido es lo que los fans de Dan Brown estaban esperando: su novela más emocionante.

domingo, noviembre 01, 2009

Outono

Bicos de chuvia perenne
en cristais de outono.
Ebrio clamor amargo.
Desfalecido preciso
a cadencia da túa pel,
o sabor do teu sorriso,
o murmurio do teu mel.
Ulises C.

jueves, octubre 29, 2009

Nieve (Orhan Pamuk)




El escritor turco Orhan Pamuk ha reflejado en Nieve, la compleja situación que vive su país en la encrucijada entre Oriente y Occidente. Premio de la Paz de los libreros en la Feria de Francfort (2005), Pamuk es un intelectual incómodo en su tierra, donde ni militares ni islamistas le perdonan su voz independiente.

Cuando la tormenta de nieve aísle la ciudad, nada podrá evitar un acto desesperado...

En pleno invierno, un poeta y periodista regresa a su ciudad natal, la remota ciudad de Kars en la frontera de Turquía, después de largos años de exilio político en Europa Occidental.

La ciudad que encuentra es un lugar conflictivo: hay una ola de suicidios de chicas a las que se les ha prohibido llevar las cabezas cubiertas a la escuela, los islamistas van a ganar las elecciones locales, y el jefe de los servicios de inteligencia es de una eficiencia brutal.

La nueva novela del premiado y prestigioso autor de Me llamo Rojo es un thriller político que retrata las más diversas formas de la ambición -el amor, el arte, el poder, la religión- y desenmascara las contradicciones que aprisionan el corazón humano en muchos lugares del mundo islámico

El significado de la noche (Michael Cox)




Edward Glyver se crió con un padre ausente en una modesta ciudad junto al mar. Sin embargo, la verdad sobre su origen es muy distinta. Cuando por casualidad descubre que es el único heredero legítimo del barón Tansor, no se detendrá ante nada para recuperar aquello que ahora sabe que le corresponde por linaje.

Traiciones, muerte, obsesiones y ambición. Éstas son las consignas que Glyver hace suyas. Su camino lo lleva desde las profundidades del Londres victoriano, con sus calles nebulosas, sus burdeles, y sus fumaderos de opio, a Evenwood, una de las más hermosas y encantadoras residencias de Inglaterra. Plagada de engaños, la historia de Edward Glyver está movida por la sed de venganza hacia su temible rival: el poeta criminal Phoebus Rainsford Daunt.

Cuando el tiempo nos alcanza. Memorias (1940-1982) - Alfonso Guerra -




Esta primera parte de las memorias abarca desde el nacimiento de Alfonso Guerra hasta 1982, año de la victoria socialista que le llevó al Gobierno de España. Un viaje por la sinceridad y la narración reflexiva. Las Memorias están escritas con la serenidad que aporta el paso del tiempo, pero sin eludir la clarificación abierta de algunos pasajes de nuestra historia reciente, sin ocultar las actitudes poco conocidas de algunos actores de la vida pública española. El autor dibuja el panorama de la sociedad de la posguerra española a través de su vida familiar y proporciona elementos reveladores de la política española. Aporta detalles importantes de la "renovación de Partido Socialista en la transición a partir del grupo de Sevilla". Estas Memorias sorprenderán al lector y le engancharan en una lectura difícil de detener.

lunes, octubre 26, 2009

Les Feuilles Mortes (Las hojas muertas)



Oh! je voudrais tant que tu te souviennes,
Des jours heureux où nous étions amis,
En ce temps-là, la vie était plus belle,
Et le soleil plus brûlant qu'aujourd'hui.
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle,
Tu vois, je n'ai pas oublié.
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle,
Les souvenirs et les regrets aussi.
Et le vent du Nord les emporte,
Dans la nuit froide de l'oubli.
Tu vois, je n'ai pas oublié
La chanson que tu me chantais...

C'est une chanson qui nous ressemble,
Toi qui m'aimais, moi qui t'aimais.
Nous vivions tous les deux ensemble,
Toi qui m'aimais, moi qui t'aimais.
Mais la vie sépare ceux qui s'aiment,
Tout doucement sans faire de bruit.
Et la mer efface sur le sable,
Les pas des amants désunis.

Les feuilles mortes se ramassent à la pelle,
Les souvenirs et les regrets aussi.
Mais mon amour silencieux et fidèle
Sourit toujours et remercie la vie.
Je t'aimais tant, tu étais si jolie.
Comment veux-tu que je t'oublie?
En ce temps-là, la vie était plus belle
Et le soleil plus brûlant qu'aujourd'hui.
Tu étais ma plus douce amie
Mais je n'ai que faire des regrets
Et la chanson que tu chantais,
Toujours, toujours je l'entendrai!

20 grandes conspiraciones de la historia (Santiago Camacho)




Capítulo I. Creadores de dioses. El gran secreto tras el nacimiento del cristianismo.
Capítulo II. La secta de los asesinos. Los orígenes de los terroristas suicidas del Islam.
Capítulo III. La Garduña. El secreto mejor guardado de la Inquisición.
Capítulo IV. Jesuitas. El ejército sin espadas.
Capítulo V. Los Protocolos de los sabios de Sión. La gran conspiración contra los judíos.
Capítulo VI. Jack el Destripador. Al servicio de Su Majestad.
Capítulo VII. Nazismo esotérico. Las obsesiones secretas del III Reich.
Capítulo VIII. Más brillante que Mil soles. La verdadera historia de las pruebas nucleares.
Capítulo IX. El regreso del nazismo. De ODESSA a los neonazis.
Capítulo X. Asesinos del pensarmento. La batalla por el control de la mente.
Capítulo XI. Marilyn Monroe. Las diosas también mueren.
Capítulo XII. La «maldición» de los Kennedy ¿Casualidad o conspiración?
Capítulo XIII. El fraude Apolo ¿Estuvimos realmente en la Luna?
Capítulo XIV. El escándalo Watergate. La última mentira de «Dick el Trapacísta»
Capítulo XV. La cara oculta de la transición. El asesinato de Carrero Blanco y el 23-F.
Capítulo XVI. Lennon debe morir. La guerra oculta contra el rock and roll.
Capítulo XVII. ¿Fue realmente el aceite?. La gran mentira del sindrome tóxico.
Capítulo XVIII. La guerra de los Bush. La madre de todas las batallas. Mentiras de la guerra del Golfo.
Capítulo XIX. Waco. La otra matanza de Texas.
Capítulo XX. La gran impostura. La otra infamia del 11-S.

martes, octubre 20, 2009

Una noche de perros (Hugh Laurie)

Una ingeniosa y ácida novela negra creada por el actor Hug Laurie que interpreta al famoso doctor de la serie House.





Thomas Lang es un ex policía, y ahora pistolero a sueldo, una suerte de mezcla entre antihéroe policiaco y filósofo trasnochado. Un día recibe la visita de un tal McClusky, quien le ofrece cien mil dólares por asesinar a Alexander Woolf, un empresario americano. Indignado, Lang rechaza el encargo, y decide en cambio advertir a la víctima del peligro que corre: una buena acción que no quedará impune.

A partir de ese momento el protagonista se verá inmerso en un torbellino de mentiras, corrupción y violencia, que lo obligará a machacar unas cuantas cabezas con la estatuilla de un Buda, medir su ingenio con multimillonarios malvados y dejar su vida (entre otras cosas) en manos de un grupo de femmes fatales; todo esto mientras intenta salvar a una bella dama y evitar un baño de sangre a escala mundial.

lunes, octubre 19, 2009

La muerta

Inspirado en hechos reales.
Gracias a A.B.A. por relatarme su increíble anécdota.
A ella va dedicado.


Recibí la trágica noticia sobre las tres de la tarde. Apenas había comido y me afanaba en apurar el agua manchada que me sirvieron por café. Descolgué presuroso viendo que el número que parpadeaba sobre la pantalla verdemar era el de mi secretaria. Estábamos tramando un negocio que, de salir bien y aunque absorbía todo nuestro tiempo, podría proporcionarnos pingües beneficios. En los últimos días me había visto obligado a incrementar mi nivel de autoexigencia hasta el punto de no comer ni un solo día en casa y de estar pendiente a todas horas de mi teléfono móvil. Mónica, mi eficiente secretaria, garrapateaba sobre mi agenda todo aquella información que me pudiese servir de ayuda para aumentar mis contactos y cuando se producía algún hecho novedoso que pudiese influir en nuestras operaciones, me mantenía puntualmente informado. Yo mismo le insistí una y otra vez en que me telefonease a la menor eventualidad, fuese la hora que fuese. Así que me puse al habla expectante de la noticias que pudiera traerme.

— ¡Hola, Mónica! ¿Alguna novedad?
— No, no. No te llamo por ningún tema de la oficina. Es que… verás… no sé cómo decirte esto. ¿Tú conoces a Guillermo Rabal, verdad?
— Sí, sí, claro…Guillermo, de Rabal & Sartre Abogados. ¡Cómo no lo voy a conocer! Coincidimos en algunos cursos de posgrado. Nuestros padres eran viejos amigos y, pese a que entre nosotros nunca llegó a cuajar una verdadera amistad, sí que hemos seguido manteniendo el contacto después de la Universidad.

— Algo de eso te había oído en una ocasión. Esa es la razón por la que pensé que debería telefonearte. Esta mañana me llamó la atención una esquela en el periódico. Una chica muy joven, de veinte años. Me paré a leerla y me estremecí al ver que era hija de Rabal. ¡Pobrecita! ¡Tan joven! ¿Qué le habrá pasado? ¿Tú sabías algo?

— Pues no. Me dejas de piedra. Lo único que sé es que era su única hija. Habrá tenido un accidente de tráfico porque, que yo sepa, no sufría ningún problema de salud.

— El funeral es hoy a las cinco de la tarde en la Capilla de San Justo.
— ¡Gracias, Mónica! Sólo me quedan dos horas pero ni que decir tiene que voy a dejar todo lo que estaba haciendo para poder asistir. Si no te importa desviaré mi móvil a la oficina para que puedas atender mis llamadas.

— Claro, no te preocupes.
— ¡Hasta luego, Mónica, y gracias de nuevo!

No fui capaz de presionar el botón para colgar el teléfono. La comunicación se cortó sólo después de que mi secretaria lo hiciese. El tono del teléfono se confundía con el latido de mi propio corazón. Una ráfaga de pensamientos y ecos acudieron a tropel a mi mente: “la hija de Rabal”, “sólo veinte años”, “exactamente igual que mi hija”, “tuvo que ser un accidente de tráfico”, “¿qué otra cosa pudo ocurrirle?”, “¡pobre Guillermo!”, “estará destrozado”, “no somos nadie”, “sólo me quedan dos horas”,…¡Sólo dos horas! Tenía que salir de mi estado de estupefacción y coger inmediatamente el coche si quería llegar a tiempo. En otras circunstancias no lo hubiese hecho, pero me decidí a tomar la autopista y pagar el abusivo peaje, pues me encontraba a cien quilómetros de la ciudad y la carretera secundaria mostraba un estado más que lamentable.

Finalmente conseguí llegar, incluso con unos minutos de antelación, aunque ya no pude parar en casa para cambiarme de ropa. Por fortuna, traía una americana negra en el maletero. La sustituí por mi vieja cazadora vaquera, adecenté mis zapatos con las toallitas de limpiar el salpicadero y dejé estampada mi rúbrica en una tarjeta de contacto junto a mi pésame, con la intención de depositarla en la urna que es costumbre habilitar a la entrada de la iglesia. Así lo hice. Dejé la tarjeta, entré en el templo, me santigüé y eché una mirada furtiva a mi alrededor con la esperanza de divisar alguna cara conocida, mas no hallé ningún rostro que me resultase familiar. Dirigí entonces mi atención a los bancos de las primeras filas donde, sin duda, se situarían los miembros más próximo de la familia. Sí, allí estaban Guillermo y la que debía de ser su esposa. Todos lloraban desconsoladamente frente al féretro. Se oían gemidos entrecortados y, aunque estaban de espaldas a mí, podía intuir el gesto desencajado de desolación que sólo un motivo tan doloroso como la muerte de una hija podría dibujar en sus rostros.

Las exequias fueron de una gran solemnidad; la aflicción de los familiares se contagió a todos los presentes, que a duras penas conteníamos el llanto; las plegarias del sacerdote conmovieron aún más nuestros corazones, enervados por la sensación de injusticia que siempre supone la muerte de una persona tan joven. Pero, de pronto, sucedió algo inesperado: una mujer que estaba justo detrás de Guillermo sufrió un leve desvanecimiento; inmediatamente, Guillermo se giró para auxiliarla. No pude salir de mi estupor al comprobar que el padre de la fallecida a la que estábamos honrando no era el Guillermo Rabal que yo conocía. Tenía su misma complexión pero ni rastro de su nariz aguileña, ni de su característico prognatismo, por no hablar de sus llamativos ojos azules, ahora completamente castaños. Dejé transcurrir unos segundos para recuperarme de la impresión. Con torpeza, me abrí camino entre la multitud hasta la puerta. Leí detenidamente la esquela expuesta en el tablón parroquial. La fallecida, efectivamente tenía veinte años de edad, pero se llamaba Rosa y no Eulalia como la hija de mi colega. En cuanto a Guillermo Rabal, se trataba de Guillermo Rabal Rosales y no del Guillermo Rabal Cernuda al que quise honrar con mi presencia aquella tarde en el funeral.

Silencié aquella macabra confusión a todo el mundo, salvo a mi secretaria, a la que reprendí con paternalismo desquiciado por la terrible situación en la que me había metido. Aún hoy, tantos años después, siento como un escalofrío sacude mi cuerpo cada vez que veo a la hija de Guillermo. Su mirada cómplice y su dulce sonrisa no son para mí sino los gestos capciosos con los que pretende congraciarse conmigo para que no desvele el misterio de la existencia que me fue revelado. Y es que, por más que nos sintamos vivos, ya hemos estado muertos con anterioridad; nuestro destino es la terrible nada de la que procedemos y la vida apenas un leve instante arrancado de las inexorables garras de la eterna inexistencia. Y siendo tan leve, acaso haya que avergonzarse de dar cabida a las lágrimas cuando disponemos de tan poco tiempo para el gozo y el amor. Si otros se nos adelantan a la muerte, por más desconocidos que resulten, al menos que no sea en vano, pues muchos hablan a gritos de la hermosa esperanza que han malgastado. Todos los días muere alguien por nosotros.


Neuromante


jueves, octubre 15, 2009

La trilogía de Nueva York (Paul Auster)




Una llamada telefónica equivocada introduce a un escritor de novelas policiacas en una extraña historia de complejas relaciones paternofiliales y locura; un detective sigue a un hombre por un claustrofóbico universo urbano; la misteriosa desaparición de un amigo de la infancia confronta a un hombre con sus recuerdos. Tres novelas que proponen una relectura posmoderna del género policiaco y que supusieron la revelación de uno de los más interesantes novelistas de nuestro tiempo.

lunes, octubre 05, 2009

Aurora Boreal (Åsa Larsson)




Viktor Strandgard, el joven predicador más famoso de Suecia, yace mutilado en una remota iglesia construida en lo alto de una montaña, en Kiruna, una ciudad del norte sumergida en la eterna noche polar, salpicada por luminosas tormentas solares, donde reina la aurora boreal, ese dragón que atraviesa impasible la bóveda celeste con sus velos blancos y verdes. A Viktor le han sacado los ojos… y le faltan las manos. Su hermana encuentra el cadáver y la sombra de la sospecha se cierne sobre ella. Aterrada, pide ayuda a su amiga de adolescencia, la abogada Rebecka Martinsson, que vive en Estocolmo y trabaja para el bufete de abogados Meijer & Ditzinger.

domingo, octubre 04, 2009

Inexistencia

Laio de lúa inefable
na nebulosa da ausencia,
no apoxeo do fracaso,
no esplendor da inexistencia.
Ulises C.

lunes, septiembre 28, 2009

Evolution of dance

Recortables




Ya puedes descargar recortables para montar con tus propias manos algunos de los personajes más polémicos de nuestro panorama político y social. Sólo tienes que ir a recortables.net, elegir el que más te guste, descargarlo, imprimirlo y armarlo.

domingo, septiembre 27, 2009

Perdido

Unha hora máis,
perdida,
como unha vida
ferida
no fragor da nostalxia
do delirio aquel,
meu amor.
Ulises C.

jueves, septiembre 24, 2009

Colección "Juegos de mente"






jueves, septiembre 17, 2009

EL HIJOPUTA - Premio Novela Corta


Estaba sentado el otro día delante de mi ordenador cuando me acordé que tenía que llamar por teléfono a un compañero. Descolgué el auricular y marqué el número de memoria. Me contestó un tipo con muy mal humor diciendo:

- ¿Qué quiere?
- Soy Ignacio Martínez, ¿podría hablar con Roberto Espárrago?- dije amablemente.
- Te has equivocado, "gilipollas", me respondió y acto seguido colgó.

No daba crédito a lo que me estaba ocurriendo. Cogí mi agenda para buscar el número de mi compañero y comprobé que, efectivamente, me había equivocado. Pero como aún recordaba el número erróneo que había marcado anteriormente, decidí volver a llamar a aquel tipo y cuando me cogió el teléfono no esperé a que contestase y le dije:

- Eres un hijoputa, y colgué rápidamente.

Inmediatamente apunte aquel número en mi agenda junto a la palabra "hijoputa". Cada dos o tres semanas, cada vez que estaba cabreado porque me llegaba una letra inesperada, o un aviso de multa, o discutía con mi mujer, o alguna situación por el estilo volvía a llamarlo y sin dejarle contestar le decía: "Eres un hijoputa". Esto me servía de algún modo como terapia y me hacía sentirme mucho más relajado. Unos meses después, la maldita Telefónica introdujo el servicio de identificación de llamadas, lo cual me deprimió un poco porque tuve que dejar de llamar al "hijoputa". Pero de repente, un día se me ocurrió una idea: Marqué su número de teléfono y cuando escuché su voz le dije:

- Hola, le llamo del departamento de ventas de Telefónica para ver si conoce nuestro servicio de identificación de llamadas.
- No -, me dijo el tío grosero, y me colgó el teléfono.

Rápidamente lo volví a llamar y le dije:

- Eres un hijoputa.

Un mes después, estaba yo esperando con mi coche a que una anciana saliera de la plaza de aparcamiento del Hipercor. Esta lo hacía muy lentamente y cuando terminó la maniobra y me disponía yo a ocupar la plaza libre, apareció un Golf GTI negro a toda velocidad y se metió en el hueco que iba yo a ocupar. Comencé a tocar el claxon y a gritar:

- ¡Eh, oiga!, ¡que estaba yo esperando!, ¡no puede hacer eso!

El tipo del Golf se bajo, cerró el coche y se fue hacia el centro comercial ignorándome como si no me hubiera oído. Yo me quedé completamente frustrado y pensé: Este tío es un hijoputa. El mundo está lleno de ellos. Justo en ese momento vi un letrero de "SE VENDE" en el cristal de atrás del Golf. Lógicamente anoté el número y me fui a buscar otra plaza de aparcamiento. A los dos o tres días, vi en mi agenda el número del 'hijoputa' y me acordé que había anotado el número del tipo del Golf. Inmediatamente le llamé y le dije:

- Buenos días. ¿Es usted el dueño del Golf GTI negro que se vende?
- Sí, yo mismo
- ¿Podría decirme dónde puedo ver el coche?
- Sí, por supuesto. Yo vivo en la calle de Don Ramón de la Cruz esquina con Montesa, es un bloque amarillo y el coche está aparcado justo enfrente de la casa.
- ¿Cómo se llama usted?- Enrique Juárez
- ¿Qué hora sería la mejor para encontrarme con usted y discutir los detalles de la operación, Enrique?
- Pues yo suelo estar en casa por las noches.
- ¿Puedo decirle algo, Enrique?
- Sí, claro- Enrique, eres un hijoputa de la hostia -, y colgué el teléfono.

Inmediatamente después de colgar anoté el número en mi agenda al lado del otro, pero en este puse el nombre de "hijoputa II". Ahora tenía dos "hijoputas" para llamar y así estuve durante dos o tres meses, llamando ahora a uno, ahora a otro; hasta que comenzaba a aburrirme un poco. Me puse a pensar en serio sobre cómo resolver este problemilla y al cabo de un par de whiskys se me ocurrió algo. Primero llamé al "hijoputa I":

- Dígame
- Hola hijoputa - pero esta vez no colgué.
- ¿Estás ahí todavía, verdad, cabrón? – me dijo.
- Si, hijoputa.
- Deja ya de llamarme o....

- Noooooo.
- Si supiera quién eres te rompía la boca - me dijo.

- Me llamo Enrique Juárez y si tienes cojones vienes a buscarme. Vivo en la calle Don Ramón de la Cruz esquina Montesa, en un bloque amarillo, justo en la puerta donde hay aparcado un Golf GTI negro, so hijoputa.
- ¡¡¡Ahora mismo voy para allá!!! Tú sí que eres un hijoputa y ya puedes ir rezando todo lo que sepas. Te voy a matar a hostias.
- ¿Sí? ¡Qué miedo me das, hijoputa! - y colgué el teléfono.

Inmediatamente llamé al hijoputa II:

- Dígame
- Hola hijoputa - y no colgué.
- Como te pille algún día...
- ¿Qué me vas a hacer, hijoputa?
- Te voy a patear las tripas, pedazo de cabrón
- ¿Sí?, pues a ver si es verdad, hijoputa. Ahora mismo voy hacia tu casa – y colgué.

Por último, cogí el teléfono y llame a la policía. Les dije que estaba en la calle Don Ramón de la Cruz esquina con Montesa y que iba a matar a mi novio homosexual en cuanto llegara a casa. Luego hice otra llamada rápida a 'Madrid directo' y les dije que iba a haber una pelea de pandillas en la calle Don Ramón de la Cruz esquina Montesa. Y entonces me monté en mi coche y me fui para allá a toda leche. Te juro que es una experiencia que nunca olvidaré. La mayor pelea que he visto en mi vida. Hasta los cámaras de Telemadrid se llevaron lo suyo.

En fin, después de esto espero que cuando te llame por teléfono me contestes en tono amable. Ya sabes, no es bueno que yo me irrite.

lunes, septiembre 14, 2009

Piensa, es gratis (Joaquín Lorente)





«¿Necesitas un gran reto? Toma nota: todo puede hacerse mejor.»

Piensa, es gratis es un potente despertador y animador del cerebro de personas, grupos y empresas, porque frase tras frase ofrece una avalancha de conceptos que excitan, animan y persuaden de la inmensa capacidad y poder de nuestra mente. Sus principios, tremendamente prácticos y aplicables al instante, abren caminos, sugieren rutas y descubren atajos que nos dan la convicción y la firmeza para alcanzar el éxito personal, profesional y empresarial. Se trata de conocer la clave del éxito, que incluye siempre una buena dosis de trabajo, mucha intuición y un pensamiento creativo que nos ayude a ver lo que otros no ven.

Escrito en un tono directo, descarado y sencillo, Piensa, es gratis supone un permanente masaje para las neuronas porque todos, sin excepción, tenemos un inmenso talento dormido que a menudo no valoramos ni utilizamos. Este libro lo hace, lo despierta y lo multiplica.

sábado, septiembre 05, 2009

Vinte

Vinte á noite refulxente
na morada das estrelas
na morada da paixón
na visión da noite aberta.


Ulises C.

martes, septiembre 01, 2009

El sentimiento negativo (Risto Mejide)




En su segundo libro, Risto Mejide hace una enconada defensa de la parte negativa de los sentimientos y de las emociones. Para ello, expone situaciones comunes de la vida cotidiana, que quedan enfocadas desde ese lado negativo del ámbito sentimental.

Profesional de la publicidad y fenómeno televisivo, Risto Mejide ha revolucionado el mercado editorial con su primera incursión en el sector, El pensamiento negativo.

El séptimo velo (Juan Manuel de Prada)




Tras la muerte de su madre, a Julio le es revelado un secreto familiar oculto durante medio siglo. Obsesionado por este descubrimiento, inicia una pesquisa que lo obligará a desempolvar episodios oscuros de la Segunda Guerra Mundial, en un itinerario por la Francia ocupada, por la España convaleciente de la Guerra Civil y por la Argentina que sirvió de refugio a notorios nazis, siguiendo los pasos de Jules Tillon, un hombre misterioso que como Julio tuvo que bucear en su pasado para poder seguir viviendo. Jules Tillon es un miembro de la Resistencia francesa conocido como Houdini por su habilidad para sortear peligros; es un héroe.

Con una prosa envolvente, caracterizada por un gran poder de generar imágenes, Juan Manuel de Prada traza su novela más madura, una historia épica de amor, traición y aventura con el aroma del cine clásico. Galardonada con el Premio Biblioteca Breve 2007, El séptimo velo acoge en su absorbente lectura a un elenco de personajes memorables marcados por las luces y las sombras de una época excepcional y convulsa, y señala el asombroso poder de la memoria, sus leyes y sus trampas.


domingo, agosto 30, 2009

Flor amarela

Soidade avesa en domingos distantes.
Solicítame incesante
o eterno retorno
do crepúsculo.

Mais resisto.

Sobrevivo adoito
respirando a esencia
do teu fulgor de marmelo
que deleita puntual
cada amencer.
Ulises C.

viernes, agosto 28, 2009

Antología de la literatura fantástica (Borges, Bioy Casares y Ocampo)




El cuento fantástico responde a un anhelo obsesivo del hombre por oír cuentos y satisface más que ningún otro género porque es el 'cuento de cuentos', el de las colecciones orientales y antiguas.

Esta obra no es estrictamente una antología, sino la reunión de los mejores relatos fantásticos en la opinión de tres verdaderos especialistas en el género: Borges, Bioy Casares y Ocampo. Por esa razón puede parecer irregular si se lee con un criterio histórico o geográfico, pues no es intención de los autores ser exhaustivos, sino devolver al lector el placer de sumergirse en mundos nuevos, en aventuras increíbles y en la magia de la gran literatura de todos los tiempos.

jueves, agosto 20, 2009

La autoestima (Luis Rojas Marcos)




Rojas Marcos analiza los factores que determinan la idea de nuestro "yo", como el papel de los genes, la infancia, los valores culturales, el lado oscuro de la autoestima y el odio a uno mismo. El autor defiende que el entender las claves de la autoestima es una inversión muy segura, ya que, ¿hay algo más determinante en nuestra vida que cómo nos sentimos con nosotros mismos?

Cómo leer y por qué (Harold Bloom)




¿Por qué leer? Porque, de acuerdo con Harold Bloom "sólo la lectura constante y profunda aumenta y afianza por completo la personalidad." Además, según Bloom también, la lectura es el placer más curativo y enriquecedor. Este libro se ocupa de estos placeres y beneficios y de cómo obtenerlos.

Bloom, que ha sido profesor de literatura durante más de cuarenta años, procede haciendo interpretaciones breves, amenas y muy cuidadosas de textos de autores como Miguel de Cervantes, William Shakespeare, Jorge Luis Borges y Ernest Hemingway, entre otros, y mostrando al lector como deben ser leídos tales textos y por qué es provechoso leerlos. Todo esto, escrito en un lenguaje claro y directo, como el que usaría un lector que simplemente le habla a otro.

El propósito de Bloom es enseñar a los lectores la manera de introducirse en el campo de la gran literatura para que puedan encontrar por sí mismos lo que tantos buscan: una concepción más firme y precisa de su propio ser.

domingo, agosto 16, 2009

Leila

Linda bela durminte
estirpe azul e branca
intensa melodía
lucindo cada día
arelas de esperanza.
Ulises C.

jueves, agosto 13, 2009

La Mano de Fátima (Ildefonso Falcones)




La nueva novela de Ildefonso Falcones, autor de La Catedral del Mar.
La historia de un joven atrapado entre dos religiones y dos amores, en busca de su libertad y la de su pueblo, en la Andalucía del siglo XVI.
1568. En el agreste paisaje de las Alpujarras granadinas, los moriscos sobreviven gracias a su duro esfuerzo a pesar de los continuos obstáculos que les imponen los cristianos viejos. Obligados a venerar unos símbolos religiosos en los que no creen, su descontento crece hasta estallar en una revuelta cruel y sanguinaria. Entre los sublevados se halla Hernando, un joven de catorce años que ha sufrido el rechazo de su gente debido a su origen: su madre, Aisha, fue violada por un sacerdote y él, apodado el nazareno, es el fruto de dicho ultraje. Forzado por su padrastro, Brahim, a trabajar como arriero desde muy niño, la guerra se convierte para Hernando en la oportunidad de demostrar su valía ante un pueblo que le desprecia. Su valor y su habilidad con los animales le hacen ganarse la confianza de Ibn Umeyya, el rey de al-Andalus, y la gratitud de Fátima, la joven madre de un pequeño a la que salva de una muerte cierta. No será la única a quien salvará en esta contienda. Debatiéndose entre la fe que le inculcó Hamid, el viejo alfaquí que se convirtió en el padre que nunca había tenido, y los desmanes que contempla cometidos en nombre de Alá, su buen corazón le impele a ayudar a Isabel, una niña cristiana cautiva, y a un noble castellano, don Alfonso, que le jura su eterno agradecimiento. Pero su honestidad le granjea también envidias y enemigos: sobre todo Ubécar, el arriero ladrón, y Brahim, su cruel padrastro, que no soporta los favores que el rey, y sobre todo la bella Fátima, prodigan a su hijo bastardo, del cual se venga maltratando impunemente a Aisha, su madre. Aprovechando la muerte del rey a manos de sus propios hombres, Brahim consigue condenar a Hernando a la esclavitud y contraer matrimonio con Fátimala muchacha. Su puesto como lugarteniente del nuevo monarca parece hacerle invulnerable…

domingo, agosto 09, 2009

Ocaso

Pinga de alento de lúa minguante.
Bágoa de cinza azul.
Ocaso calmo e cruel.
Acaso sempre endexamais.
Ulises C.

domingo, agosto 02, 2009

Canción triste del amor sicalíptico


Iba caminando por calles de papel,
tintineo de ilusiones tras cada pared,
un sol brillante en la noche oscura
y Pepito Grillo auguraba: es una locura,
¡nuuunca te va a querer!

El Miedo propuso tomar un taxi conmigo.
Me excusé, sin más, con el mejor cumplido;
apuré el paso hasta el bar de la esquina,
allí pedía limosna y propina
la flauta de un viejo mendigo.

¿Adónde vas tan aprisa, hermano? A estas horas ya ha cerrado El Corte Inglés.
¡Anda, no seas malo! Échame una monedita, mejor que sean tres: tengo hijos, esposa...
y un perro que mantener.


Eché mano al bolsillo, empecé a revolver.
Sólo llevaba recuerdos, mas nada que perder.
¡Lo siento, majestad! Sé que eres de ley
pero ya quisiera yo tener can, hijos y una mujer.

Tus notas hablan de un pobre que nunca dejó de ser rey.


Doblé al cabo la esquina de la rúa Zapardiel
donde una señora muy fina me esperaba en un motel.
Le metí en el escote lo que al otro le negué.
Dime, mi vida, preciosa, ¿qué le gusta a una mujer?
Lo que obtuve por respuesta fue el roce de su piel.

Me lié con el sostén y su minúsculo enganche.
Anduve algo más fino con las braguitas de encaje.
A falta de copa, bebí champán de su ombligo
y como buen actor la besé, al final del rodaje.
Amor, locura, pasión: velocidad y tocino.

Le juré amor eterno, me la llevaba conmigo.
No tan deprisa, corazón, escucha lo que te digo:
muchos como tú he visto que se las dan de listos,

pero no creas que sin parné nos volvemos mejores.
Somos lo que somos: la perdición de los hombres.


Discutí con ella porque no la daba convencido
y llamó a su fiel maromo, un tipo bien fornido.
Sin mediar ni palabra, me mandó dos guantazos:
con uno vi las estrellas, con el otro renegué de Cupido.
¡Como escuecen las lágrimas con la cara hecha pedazos!

Con el rabo entre las piernas, con un ojo malherido,
como caballo furioso huí bufando a galope tendido.
Regresé por el mismo sitio, el único que alumbraba la noche.
Allí quedaba el mendigo riéndose a troche y moche.
Por no darle sus tres monedas, lo tenía bien merecido.

Un coche pasó rozando, me salpicó el abrigo.
En él iban el Miedo truhán y Pepito Grillo.
Le hice señas a un taxi a ver si estaba en servicio.
Ahora ya es tarde, amigo, acabo de bajar bandera.
Avancé después con mi pena, mi única fiel compañera.

Regresaba a mi casa de papel mojado,
perros coléricos tras cada enrejado,
farolas amamantando mosquitos,
un gato negro en aquel tejado.
¡Cómo duele el amor! - maullé a grito pelado.


Neuromante



sábado, agosto 01, 2009

Luis Piedrahita - El rey de las cosas pequeñas




¿Sabéis cuál es una de las partes más sensibles del ser humano?
El capó del coche.
Si cojo una llave y os rasaco en el brazo, no pasa nada... Os lo hago en el coche, y lloraríais. Si ese inocuo rasguño blanquecino fruto de la sequedad de la piel estuviera sobre vuestro coche, tendríais que coger la baja por depresión.
Lo que le pasa a la chapa de tu coche duele más que si te lo hicieran en la piel. Eso les pasa hasta a los del tunning, que son de pelo corto y duro como un fox-terrier. Un tunero puede soportar un piercing en un parpado, pero roza el coche aparcando y vuelve a casa llorando.
Si os fijais, todos los coches tienen algún tipo de rasponcillo, bollo, rozadura... Es inevitable. Pues cada rocecillo equivale a un señor triste. Cada raspón es una blasfemia gritada al viento. Los rocecillos hacen llorar al niño Jesús.
Cuando uno compra un coche, cree que él va a ser la excepción: "Éste lo voy a cuidar mucho desde el primer día". Este Tipo de frases jamás llevan a buen puerto. Es como cuando dices: "Este año voy a estudiarlo todo desde el primer día". Eso jamás ha funcionado. Y cuando te pasa, se te queda una cara de tonto... Es por cosas tontísimas... Aparcas preocupándote mucho por no rozar de un lado y... "¡ciiijjj!". ¿Quién ha puesto ahí ese bolardo? El bolardo es el melanoma de la chapa de los coches. Y son imprevisibles. E hipnóticos. Aparcas perfectamente entre dos bolardos: no pasa nada. Pero el bolardo te hipnotiza, dejas la marcha puesta, y al desaparcar... "¡cracha!". Y se te queda una cara de tonto...
Hay una cosa que es de expediente X: cuando estás aparcando y de repente, sin saber cómo, tienes una columna en medio de la puerta. Todavía no te toca, pero si le das hacia delante, te roza, y si le das hacia atrás, tambíén. ¿Cómo se sale de ahí? Y lo más intrigante: ¿cómo se llega? Físicamente, no es posible.
Otra situación: maniobrando en un parking en el que no estás acostumbrado, como, por ejemplo, el de El Corte Inglés. Allí la zona de recoger el tique está completamente rozada por todas partes. Por eso en El Corte Inglés hay un taller de chapa y pintura. A lo largo del garaje hay raspones de todos los colores. Yo creo que los hace un pintor para que la gente vaya precavida.
Una de las principales causas de rocecillos es fiares de otro al aparcar. Un tío anónimo se erige en capataz de la operación y se pone a dirigir la maniobra. El problema principal es que no hay un lenguaje universal del aparcamiento. Son tres palabras las que se utilizan, solo tres, pero no está nada claro lo que quieren decir:
1. "Dale, dale, dale..."
2. "Dale, que libras..."
3. "Endereza".
--- Endereza y dale, que libras de sobra.
--- No, de sobra no libro, que si no, tú no estarías ahí manejando la operación.
El rocecillo siempre te pilla por sorpresa. De repente oyes: "¡Ciijjjj!". Y se te hiela la sangre. Paras el motor, sales del coche con los ojos llorosos, y te pones a calibrar el daño. Y hacemos una cosa muy absurda: intentamos arreglar el rocecillo frotándolo con el dedo. Nos creemos que somos como Jesucristo, o como E.T., que curamos las heridas con sólo tocarlas.
Es una reparación poco digna, porque cuando uno trata de arreglar el coche por su cuenta, nunca queda bien. Como esa gente que se les rompe el cristal y pone un cartón. Eso no es serio. O la matrícula pintada a boli en un cartón. O el que tiene un bollo en la puerta, va a un desguace a por otra puerta y... hombre... del mismo color, del mismo, del mismo, no es. Y van con un coche azul metalizado con una puerta azul orinal. Es el patchwork aplicado al automovilismo.
Hay quien ya tiene tantos golpes, que el coche está que se cae a trozos, y lo quieren vender. Te dan ganas de decirle al dueño:
--- Oye, ¿sabes cómo hacer para duplicar el valor de tu coche?
--- ¿Cómo?
--- Llenando el depósito de gasolina.
Para evitar los roces y raspones hay un producto en las teletiendas que se llama "Repara todo". Es una crema que, la echas en un trapo, lo pasas por la rozadura y la chapa del coche queda perfecta. No se sabe por qué, el tío del anuncio luego echa alcohol y le prende fuego al capó del coche como para mostrar lo resistente que es el reparador. Vamos a ver, si tu coche está en llamas, las rozaduras que tenga no son tu mayor problema, ¿no?
Otra solución es tener el coche tan sucio, tan sucio, que cuando rozas con algo, el roce no llegue a la chapa. El problema es que siempre aparece ese Robin Hood de la higiene, ese Curro Jiménez de la pulcritud que extiende su dedo y te pone: "Lávalo, guarro". ¿Guarro yo? ¿Pero tú te has mirado el dedo, chaval?
La mejor opción es tapizar los coches con tela (por fuera). En lugar de comprarte un Audi azul metalizado, te compras uno de pana marrón, o de tergal, que es igual de elegante. Lo rozas y no pasa nada, no hay que llevarlo al taller de chapa y pintura. Como mucho, darle unas puntaditas. Y se podría poner un bolsillo en la puerta, así no te tienen que poner la publicidad en el parabrisas, que es una molestia.
Los tuneros serían como modistas:
--- Le voy a hacer los bajos a mi coche, le suelto el dobladillo y luego le hago unas calaveras de punto de cruz.
--- Va a quedar divino.
Aunque, a lo mejor, los roces en los coches no son tan malos. Al fin y al cabo... el roce hace el cariño.