sábado, marzo 21, 2009

El judío de Shanghai (Emilio Calderón)




Premio de Novela Fernando Lara 2008. Una novela llena de exotismo, aventura, emociones y amores cruzados en la segunda guerra mundial.

Corre el año 1943 y el ejército japonés, que controla la ciudad de Shanghai en su totalidad, establece el único gueto judío del mundo que no está en manos de los nazis. El libro nos narra los años de ocupación japonesa en la ciudad de Shanghai -«la ciudad más arriba del mar»-, la represión y el sometimiento del pueblo chino, la creación de un «ghetto» para judíos apátridas y el nacimiento de la China maoísta. Y, entre estos acontecimientos históricos, surgen los principales personajes de la novela: el quijotesco e ingenuo Martín Niboli, cónsul español y narrador de la historia; el matrimonio judío formado por León y Nora Blumenthal que llega a la ciudad en 1939, cuando la ciudad era puerto franco y aún conservaba intacta toda su fascinación. La joven y atolondrada Nora quedará fascinada por la bulliciosa y divertida vida social en la cual se integran. Y, además, un numeroso grupo de personajes secundarios: unos reales y otros ficticios configurados de tal manera que nos llevarán por una trama argumental bastante bien diseñada.

El autor hace un exhaustivo y erudito recorrido por las distintas zonas de la ciudad, previos a la ocupación japonesa y después de la llegada de estos en 1941 y su entrada en la guerra mundial, tras el ataque a Pearl Harbour. El trabajo de documentación es notable, pues describe con minucioso detalle las calles y barrios de la ciudad, los hoteles, clubs, salas de fiesta e, incluso, las canciones de la época. En una palabra, todo el ambiente autóctono e internacional de aquella Shanghai cosmopolita.

Relata con bastante crudeza la vida en el «ghetto» judío, los fumaderos de opio y los padecimientos de las llamadas «esclavas sexuales» del ejército japonés que eran tratadas salvajemente, como así nos cuenta uno de los personajes más conmovedores de esta trama: Nube Perfumada. Las diversas historias de amor y sometimiento, vivencias llevadas al límite y ciertas dosis de misterio y espionaje, conforman círculos encadenados que se desarrollarán conforme avanza la novela y su final.

Se trata de la segunda obra del autor sobre China, país que parece fascinarle, aunque, a decir verdad, es mucho más madura y estructurada que la anterior.