viernes, septiembre 24, 2010

Room in Rome (Habitación en Roma). Julio Medem






Inspirada en el film 'En la cama', del chileno Matías Bize, narra el encuentro en un hotel entre una rusa y una española. Una habitación de hotel en el centro de Roma es el escenario interior en el que dos mujeres jóvenes, que se acaban de conocer, se internan juntas en una aventura física que les tocará el alma. Todo transcurre en una noche y en las primeras horas de la mañana de un día del comienzo del verano de 2008, antes de que Roma lance a cada una de ellas al lugar al que pertenecen; por la tarde Alba volará a España, y Natasha a Rusia. La habitación del hotel, que parece haberlas estado esperando siempre con la emoción de la Historia incrustada en sus viejas paredes, sugestiona una atmósfera cargada de erotismo y sensualidad, con una extraña fuerza que engancha sus miradas apuntando hacia lo desconocido. Nacen sentimientos nuevos que Alba y Natasha aceptan, y al mismo tiempo quitan importancia hablándose con soltura y buen humor. Un pacto natural de ligereza que propicia situaciones tan cómicas como enigmáticas, antes del ataque inesperado de un amor punzante como una flecha lanzada desde lo alto. Durante doce horas, de noche y de día, estas dos mujeres desvelarán sus vidas, primero ocultándose y protegiéndose por miedo a la atracción sin retorno, luego dejándose acompañar hacia el paisaje desconocido de la otra, habitado por sus compromisos y el amor sincero hacia sus respectivas parejas; en el caso de Alba, una mujer que tiene dos hijos; y el de Natasha, su profesor de Renacimiento con el que se va a casar la próxima semana. Ambas girarán sobre sí mismas hasta ponerse boca arriba mirando juntas hacia otra verdad, un abismo compartido, el secreto guardado en una habitación en Roma, una sorpresa del tiempo anterior que les adelanta, un regalo del destino para que hagan con él lo que más deseen. Así nace para ellas su nueva libertad. (FILMAFFINITY)

El club de los viernes (Kate Jacobs)




Georgia Walker es ahora una mujer feliz. Pero las cosas no siempre han sido fáciles para ella. Doce años atrás, cuando estaba embarazada, su novio James la abandonó para irse a vivir a Francia. Pero ahora James ha regresado de Francia para conquistar de nuevo a Georgia y ejercer de padre de su hija ya adolescente. Gracias a los consejos de una buena amiga, Georgia es dueña de una
bonita tienda de lanas en Nueva York, donde da también clases de punto en su tienda y ha creado un curioso club. En efecto, cada viernes, se reúne en el local de Georgia un variopinto grupo de mujeres que, a través de su pasión común por el punto, han desarrollado una fuerte amistad. La laboriosa actividad da pie a que cada mujer dé rienda suelta a sus anhelos, sus pasiones y sus angustias.

El club de los viernes se reúne de nuevo (Kate Jacobs)




Cinco años después del desenlace de El club de los viernes, el círculo de las amigas se sigue reuniendo regularmente para compartir sus secretos, proyectos y anhelos. En la fiesta por el embarazo de Darwin, todas llegan con un pequeño regalo tejido para la futura mamá y se dan cuenta que pueden seguir apoyándose las unas a las otras, a pesar de que las cosas han cambiado mucho. Catherine trata de rehacer su vida tras su divorcio, Lucy anda muy ajetreada con su trabajo de productora de videoclips, al igual que KC en su reciente dedicación a la abogacía. Pero sin duda quien más cambios ha experimentado es Dakota, la hija de Georgia. Con 18 años, estudia en la Universidad de Nueva York, aunque alberga el deseo de dedicarse a la repostería, afición que su padre reprueba. Cuando Lucy recibe una oferta para dirigir un videoclip en Italia durante el verano, le propone a Dakota acompañarla. Anita también desea viajar a Europa para buscar a su hermana, al igual que Catherine que quiere conocer a su proveedor de vinos. De esa manera, por una razón u otra, el Club de los Viernes se reencuentra en Roma, una estancia que se revelará rica en acontecimientos y encuentros inesperados.

La encuadernadora de libros prohibidos (Belinda Starling)




Dora Damage sabe que está en la miseria, atrapada en el Londres victoriano entre la enfermedad de su marido, Peter, incapaz de sacar adelante la pequeña imprenta familiar. La presencia de su hija Lucinda hará que Dora decida encargarse de la vieja imprenta. Perseguida por los prestamistas, Dora recorre las librerías hasta que encuentra al señor Diprose y sus ediciones pornográficas -El Decámeron, Fanny Hill, o memorias de una mujer de placer, El Ars Amatoria de Ovidio-, cuyos encargos debe realizar en el más absoluto secreto, encuadernándolas con todo lujo y filigranas, destinadas a una enigmática y acaudalada sociedad denominada los Nobles Salvajes. Hasta que ejemplar a ejemplar, Dora va conociendo que aquellos nobles forman un club basado en compartir el conocimiento de la crueldad y de algo aún más tenebroso. Dora comenzará a darse cuenta de que ha penetrado en el seno de una obsesión de sexo, placer y muerte a la que tendrá que hacer frente si no quiere convertirse en una piel reseca más entre sus manos.

La encuadernadora de libros prohibidos ha tenido una gran aceptación en Europa. La autora Belinda Starling falleció en 2006 a los 34 años a causa de la operación de un quiste en la vía biliar, tal y como narra su hermano en el capítulo Una nota sobre la autora. El carácter póstumo de la obra ha creado gran expectación.

El alma de las piedras (Paloma Sánchez Garnica)




Es el año 824 cuando tres curiosos personajes: el ermitaño Paio, el obispo Teodomiro y su ayudante Martín de Bilibio “hallan” una tumba cuyos restos, aseguran, pertenecen a Santiago Apóstol. Crean así, en el bosque Libredón, cerca del finis terrae o fin del mundo, el Iocus Sancti Jacobi para mayor Gloria de Dios. Dos siglos después, una joven noble, Mabilia, que por una traición a su padre se ve obligada a meterse en un mundo de hombres, descubre de la
mano de un cantero una marca en una piedra que conduce hasta La Inventio, un pergamino escrito por el monje Martín de Bilibio en el que se cuenta el “milagroso” hallazgo. Mabilia decidirá acompañar a Arno, el cantero, en busca de la verdad.

En su peregrinaje conocerá la bondad que produce esa ruta, la construcción de ciudades, monasterios, caminos y puentes, así como el lado más oscuro de los canteros y su extraña labor de “arrancarle el alma a las piedras”, con el fin de evitar el olvido.